Seguridad al conducir: ¿beneficio automático o responsabilidad humana?

Nunca, como las primeras veces que se toma el volante, se tiene tal grado de conciencia sobre los riesgos y la responsabilidad que implica manejar. De a poco cede el temblor de las manos y la conducción del vehículo se convierte en hábito. A partir de entonces atribuimos la seguridad adquirida a la práctica, la costumbre o la destreza, pero pocas veces reparamos en cómo la tecnología para la seguridad vial garantiza un bienestar que con el tiempo damos por sentado.

Decía mi madre, con razón, que uno hace muestra de más educación vial en las primeras veces que en el resto de su vida como conductor. Por fortuna, la tecnología previene (en muchos casos sin que lo sepamos) accidentes que, de no estar integrada a nuestros vehículos e incurrir nosotros en los excesos en que solemos caer –circular a una velocidad superior a la permitida, manejar cansados o después de haber bebido, entre otros–, resultarían catastróficos.

Sin duda, la cultura vial tiene que ver con hacer consciencia de estas fallas, pero también con entender de qué manera ha funcionado la maquinaria detrás de nuestra salvación en incontables momentos de imprudencia.

Esto debido a que conocer el funcionamiento de nuestro auto, en el sentido de lo que debe suceder para evitar un incidente, nos devuelve la conciencia y la voluntad de civilidad que teníamos cuando éramos adolescentes frente a esa mezcla de excitación y miedo que sentíamos al sabernos conductores.

Para cualquiera con la honestidad necesaria para aceptar lo dicho, será interesante conocer los sistemas de tecnología para la seguridad vial que operan en un auto, prácticamente sin que nos demos cuenta. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Sistema anti-bloqueo de frenos: como su nombre lo indica, nos salva del impacto contra otros coches, estructuras u objetos en momentos críticos en los que no es posible controlar la velocidad.
  • Sistema de alerta por alcance: de manera similar al anterior, advierte sobre la cercanía de cualquier objeto y contribuye a evitar choques.
  • Sistema de detección de fatiga: en ocasiones uno no es capaz de aceptar, o incluso, de identificar su cansancio. Este sistema analiza el movimiento del volante y envía una señal en caso de detectar una situación de peligro asociada al agotamiento del conductor.
  • Sistema de alerta por cambio involuntario de carril: seguro nos regresó en más de una ocasión al camino indicado cuando aprendíamos a manejar.
  • Sistema anti-atropellos: son desarrollos muy sofisticados que permiten identificar la cercanía del peatón antes que exista el riesgo de atropellamiento.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *